Su primer acercamiento a esta disciplina ocurrió en su niñez, junto a las ruinas del Sacsayhuamán. 

"Me quedaba mirando las piedras Quenqo. Me preguntaba quiénes las habían hecho", recuerda Régulo. 

- Un viaje al norte -

Siendo aún un joven estudiante de arqueología de la UNMSM, Régulo llega a conocer al doctor Guillermo “Pancho” Wiese de Osma, presidente del Banco Wiese, quien lo contrató como arqueólogo y después lo invitó a formar parte de Fundación Wiese. 

A fines de la década de los 80, durante una de sus visitas al Templo Viejo de Pachacámac, el doctor Wiese, quien también era un apasionado de la arqueología, motivó a Régulo para visitar juntos al reconocido arqueólogo Walter Alva, luego del reciente hallazgo del Señor de Sipán. El doctor Alva puso en sus manos un collar del famoso gobernante mochica. Luego de ello, todo cambió. Había que investigar más el norte. 

A partir de entonces, el doctor Wiese y Régulo anduvieron explorando huacas en la costa norte. Es así como llegan a Huaca Prieta, un montículo famoso entre especialistas y huaqueros. Estando allá, toman conocimiento de la existencia de otra huaca, ubicada en un lugar muy próximo. Se trataba de lo que hoy conocemos con el nombre de Huaca Cao Viejo. Al inicio, las condiciones fueron muy duras, por las dificultades en el acceso y la resistencia de los lugareños, sin embargo, ambos estaban decididos a investigarla y ponerla en valor… ¡Y lo lograron! 

- El descubrimiento de la Señora de Cao –

En el año 2004 se realizó el hallazgo de un contexto funerario que contenía un conjunto de cinco tumbas. Los detalles del descubrimiento de cada una de estas piezas se encuentran en el siguiente enlace: https://bit.ly/3shfPpY 

En el centro de este recinto que tenía un mural decorado con motivos marinos, seres antropomorfos y animales lunares, yacía un cántaro con rostro de búho que, como invitando a ser explorado, desprendió un trozo de él, lo que empujó a Régulo a sacar la pieza para restaurarla. Debajo de ella había una fosa donde se encontraba el fardo de la Señora de Cao de más de 100 kilos. 

- Un descubrimiento que cambió vidas -

"Este descubrimiento me ha cambiado la vida. Me llenó de orgullo y satisfacción hallar a una de las mujeres más importantes del Antiguo Perú que cambió la noción que teníamos acerca del poder, en esas épocas. Ella nos ha ayudado a fortalecer la identidad femenina peruana. Yo siento que ella me escogió a mí para encontrarla. Espiritualmente siempre me he sentido conectado con la energía del Complejo Arqueológico El Brujo", dice Régulo Franco, descubridor de la Señora de Cao. 

El descubrimiento de la Señora de Cao, realizado en el 2004, ha revolucionado la idea que se tiene acerca del rol de la mujer en el Antiguo Perú. Además, se trata de un hecho absolutamente inusual en la arqueología peruana, por la presencia de un fardo inalterado por cientos de años, su extraordinario estado de conservación y la cantidad de objetos asociados a su muerte.