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En el 2004, cuando se realizaban excavaciones en Huaca Cao Viejo, los investigadores dieron con un hallazgo que marcaría un hito en la arqueología peruana. Aquí se encontró una de las tumbas Mochica más importantes. Inicialmente no se tenía idea de la magnitud del descubrimiento, puesto que un grueso fardo, compuesto por tres capas, envolvía el cuerpo de este personaje. No fue sino hasta seis meses después, cuando se retiró la última capa del fardo, que se supo que el cuerpo envuelto en él era el de una mujer.
El hallazgo de la Señora de Cao es un hecho único (hasta el momento), en la arqueología peruana. No solo porque se trata de una mujer que aparentemente ocupó una posición privilegiada en la sociedad mochica; sino también por el excelente estado de conservación de su tumba y restos; así como por los objetos y personajes que se encontraron con ella, asociados a su muerte.
El traslado del fardo funerario hacia el laboratorio donde sería estudiado por los investigadores, fue una tarea que tuvo que ser hecha por varios hombres; después de todo pesaba casi 120 kilos y se debía tener sumo cuidado y respeto con el cuerpo.
Durante el proceso de desenfardado, se identificó 22 capas agrupadas en tres etapas, es decir, el fardo funerario de la Señora de Cao estuvo en realidad compuesto por tres fardos sucesivos. El exterior estaba comprendido por 5 capas, en la primera se podía apreciar un rostro antropomorfo bordado; y en las capas interiores mantos, paños cuadrados con placas metálicas de cobre cosidas a textiles y, a la altura de la cabeza, emblemas de poder: 4 coronas y 2 porras.
La cara intermedia del fardo estaba compuesta por las capas 6 a 12. Aquí aparecía un nuevo rostro bordado, y el conjunto de capas comprendía bandas y mortajas, además de grandes cantidades de algodón.
Finalmente, el fardo interno (desde la capa 13 a la 22) comprendía el cuerpo de la Señora de Cao, además de cuatro vestidos colocados sobre una capa de algodón, un manto de tela fina con artefactos y materia prima para producción textil, así como un paño textil con 31 placas de cobre dorado cosidas y sujetadas por bandas.
Al descubrirlo, tras develar la última capa del fardo funerario, los investigadores notaron que se encontraba en excelente estado de conservación; por lo que aún se podía ver en su piel vestigios de los tatuajes que el personaje tuvo en vida.
Los tatuajes estaban en los antebrazos, manos y pies; y tenían diseños de serpientes, arañas, rayas, pulpos, caracoles, animales lunares, plantas, rombos, figuras estelares, meandros, triángulos y líneas.
El cuerpo también portaba sus joyas personales, las que hoy se exhiben en el museo. Muchas de estas poseen símbolos específicos que forman parte de las diferentes manifestaciones de la cosmovisión Mochica.
Actualmente, el cuerpo de la señora de Cao puede ser visto en la Sala 6 del Museo de Sitio del Complejo Arqueológico El Brujo.
Imagen 2: Representación de la Señora de Cao
Las investigaciones hechas al cuerpo y al enterramiento de la Señora de Cao, han arrojado algunas luces acerca del rol y las funciones que tuvo en vida. ¿Quién fue la Señora de Cao? Los estudios antropológicos han manifestado que habría fallecido a los 25 años y que habría tenido hijos.
Por otro lado, los objetos que fueron hallados como parte de su enterramiento, permiten suponer que, si fueron de este personaje, en vida habría ocupado un estatus privilegiado en la sociedad Mochica del bajo Chicama.
Existe incluso una correlación entre los símbolos de poder asociados a la Señora de Cao con las que posee un personaje en la llamada “Ceremonia del sacrificio”, un tema central en la iconografía mochica.
En cuanto al análisis del cuerpo de la Señora de Cao, los tatuajes observados en ella, entre los cuales se encuentran figuras zoomorfas, como serpientes y arañas, están asociadas a la fertilidad de la tierra y el agua; por otro lado, también presenta elementos mágico-religiosos; lo cual permite suponer que el personaje se hubiera dedicado a actividades asociadas al curanderismo.
La ausencia de mayores y detallados casos arqueológicos dificulta a los investigadores el establecer afirmaciones en base a la regularidad del manejo de emblemas de poder en artefactos y en cuerpos (tatuajes) por parte de la élite mochica. En definitiva, el descubrimiento de la Señora de Cao y complejo mortuorio plantea más interrogantes de investigación que respuestas.
El hallazgo de la Señora de Cao ha permitido reafirmar que las mujeres ejercieron puestos clave de poder en la antigua civilización Mochica.
La tumba de la Señora de Cao es considerada, asimismo, una de las más ricas dedicadas a mujeres, tanto en el país, como en el resto de América Latina, de la época prehispánica.
Su excelente estado de conservación, a diferencia de otras tumbas prehispánicas que fueron saqueadas antes de su descubrimiento, han permitido comprender más de esta cultura peruana.
Los sitios prehispánicos, como el Complejo Arqueológico El Brujo, nos permiten conocer más acerca del pasado de nuestro país y la forma cómo vivían las antiguas civilizaciones que lo ocuparon. ¡Reserva una visita al complejo y conoce más acerca de la cultura Mochica y la Señora de Cao!