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La Señora de Cao representa uno de los más grandes hallazgos de la arqueología peruana. No solo porque permitió saber que una mujer llegó a ocupar un cargo de poder en el antiguo Perú, sino también por las ofrendas que acompañaban su entierro. Entre estas, llaman la atención las piezas de metal, es por esta razón que Luisa Vetter, docente de la PUCP y especialista en metales, participó como ponente en las charlas virtuales de El Brujo, programadas durante la pandemia. Vetter habló sobre los procesos que siguieron los productores de las piezas de metal encontradas en la tumba de la Señora de Cao.
En el Perú se ha encontrado la pieza orfebre más antigua del área andina excavada arqueológicamente. Se trata de un collar de cuentas tubulares de oro laminado, hallado junto al entierro de una mujer en Puno. El fechado de este collar es de alrededor de 2000 años antes de Cristo. Con este hallazgo podemos tener una idea acerca del tiempo que los antiguos peruanos vienen trabajando sobre el metal.
Para poder extraer el metal hace falta pasar por tres procesos:
Este proceso permite obtener la materia prima; pero ¿cómo el minero antiguo podía reconocer qué mineral usar? Según Luisa Vetter, esto podía saberse gracias a los sentidos. Estos minerales eran obtenidos de yacimientos primarios o secundarios.
En los primeros, los mineros excavaban en la tierra siguiendo una veta, con el uso de martillos hechos con diferentes piedras de distintos tamaños y dureza, con mangos de madera; con barretas y puntas de metal, palas de madera y cestas para colocar el mineral. En cuanto a los yacimientos secundarios, se encontraban en los lavaderos, que se ubicaban en los lechos de los ríos, donde se obtenían metales nativos (como las pepitas de oro), las cuales en aquel entonces se recolectaban con bateas de arena.
El siguiente proceso es el de la fundición, la que se lograba en hornos de fundición ubicados en talleres en la cima de los cerros, que tenían como combustible el carbón vegetal. Los hornos usados por los antiguos peruanos eran de dos tipos, unos excavados en la tierra y otros construidos sobre la superficie (huayras), hechos con arcilla refractaria resistente a altas temperaturas. Estos hornos podían llegar a los 1300°C y su fuego se avivaba a través de unos tubos de caña, que tenían una punta de cerámica refractaria que estaba en contacto con el fuego. Los sopladores (3 o 4 personas) se encargaban de soplar constantemente para lograr la temperatura necesaria.
Esta es la elaboración de las piezas de metal, la cual se podía hacer mediante la técnica del vaciado o el laminado. En el primer caso se necesita el lingote de metal que es llevado a un horno para que se vuelva a estado líquido, para luego ser vertido a un molde de arcilla con una forma o figura predeterminada hasta que solidifique, tras los cual el molde se rompe y se obtiene la figura deseada.
Respecto al laminado, el lingote es martillado, se lleva al fuego y se regresa la mesa hasta obtener una lámina de un grosor y tamaño determinado. Para el laminado se usaban martillos hechos con piedras de diferentes tamaños, durezas y formas, los cuales eran fabricados por los mismos orfebres y que no tenían ningún tipo de mango. Las láminas se martillaban sobre un yunque, otra piedra plana. Además de los implementos anteriores, se usaban cinceles de corte con ayuda de otro martillo. Los cinceles también se usaban para repujado, cincelado, etc.
En la tumba de la Señora de Cao se halló un gran número de piezas metálicas, por ejemplo, docenas de narigueras de oro y plata, colgajos que producían sonidos, etc. El oro y la plata de esta tumba es importante por su relación con los astros. El sol era relacionado con lo masculino, con el día y con el oro; por otro lado, la luna era relacionada con la noche, la playa y lo femenino. Y en conjunto estos metales están relacionados con la élite gobernante. Por eso, los objetos que acompañan a esta señora, de oro y de plata, son señal del cargo de poder que esta ocupaba.
El video completo de la charla de Luisa Vetter, puede verse a continuación: