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Por: Complejo arqueológico El Brujo
Desde las alturas de los Andes, la palta, también conocida como aguacate en otros países, ha nutrido a generaciones, integrándose profundamente en la cultura culinaria de América Latina. Su suave sabor y textura untuosa son solo una parte de su atractivo; su verdadero valor reside en su excepcional perfil nutricional. A través de este artículo, nos adentraremos en su historia, revelaremos sus propiedades, destacaremos sus beneficios para la salud y ofreceremos ideas prácticas para disfrutarla en la dieta diaria.
Huaca Prieta, ubicada en el extremo sur del Complejo Arqueológico El Brujo, alberga una de las muestras más antiguas de palta en Sudamérica. En el valle del Cauca, en Colombia, se han encontrado evidencias de este fruto que datan de hace unos 10,500 años. Sin embargo, un análisis de radiocarbono realizado a una semilla hallada en Huaca Prieta indica que su consumo en esta zona ocurrió entre hace 10,486 y 10,158 años. Este hallazgo resulta especialmente significativo, ya que usualmente se ha considerado al valle de Tehuacán, en Mesoamérica, como el único lugar donde se domesticó la palta en ese periodo.
La palta o aguacate destaca por ser una fuente rica de grasas saludables, en particular de ácidos grasos monoinsaturados, como el ácido oleico. Es también una excelente fuente de vitaminas y minerales, como la vitamina E, vitamina C, potasio y magnesio.
A diferencia de otras frutas, su aporte calórico es mayor debido a su contenido graso, pero se trata de grasas beneficiosas para la salud cardiovascular. Además, contiene fibra soluble e insoluble, lo cual favorece una digestión saludable y contribuye a la sensación de saciedad.
El consumo regular de palta está asociado con múltiples beneficios. Su contenido de antioxidantes ayuda a combatir el envejecimiento celular, mientras que sus grasas saludables favorecen el control del colesterol y la salud del corazón.
Asimismo, su riqueza en potasio puede apoyar a la regulación de la presión arterial, y su aporte de fibra mejora la digestión y contribuye al bienestar intestinal. Para estudiantes, personas activas o quienes siguen un régimen alimentario consciente, la palta representa un alimento funcional que combina tradición, nutrición y versatilidad.
Una de las mayores ventajas de la palta es su versatilidad en la cocina. Puede disfrutarse cruda, en puré, como acompañamiento o como base de múltiples preparaciones. A continuación se presentan varios ejemplos sencillos para incluirla en la dieta:
Fuente: Jose Alva y Leslie Zuñiga / Complejo Arqueológico El Brujo
Adicionalmente, es común incluirla como complemento en platos tradicionales peruanos, como la causa limeña.
Al momento de comprarla, es recomendable elegir paltas que ceden ligeramente a la presión de los dedos sin estar blandas. Si se desea que maduren más rápido, se pueden guardar a temperatura ambiente envueltas en papel junto a una manzana o plátano. Una vez abierta, para evitar que se oxide, se puede rociar con unas gotas de limón y guardar en un recipiente hermético.
La palta, junto a otros alimentos como la quinua o el maíz, no solo ha alimentado generaciones, sino que ha moldeado la cultura alimentaria del mundo andino. En contextos arqueológicos, estos frutos reflejan la riqueza agrícola de las civilizaciones prehispánicas y su profundo conocimiento del entorno natural.
Incorporar la palta en nuestra alimentación no es solo una elección saludable, sino también una forma de conectarnos con una herencia milenaria.