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Por: Complejo Arqueológico El Brujo
El origen de la cultura Mochica, según Jean-François Millaire (2016), nos remonta a la época de la Sociedad Gallinazo, la cual se desarrolló en el territorio peruano entre los años 200 antes de nuestra era. Para el investigador, esta sociedad habría sido el seno de la formación del Estado Mochica, aunque estos últimos se habrían desarrollado alrededor del año 400 de nuestra era.
Otra tesis sobre el origen de la cultura Mochica es la de Luis Jaime Castillo y Christopher Donnan (1994) quienes suponen la existencia de varias entidades Mochica conviviendo en el territorio y compartiendo similares códigos durante el primer milenio de nuestra era.
Imagen 1: Mural altorrelieve de la Huaca Cao Viejo que representa oficiantes tomados de la mano.
La idea de que la cultura Mochica haya surgido durante los primeros siglos de nuestra era es apoyada por Bawden (1994) y Quilter (2010) quienes teorizan acerca de que, en dicho periodo, surgió una sociedad heredera de las tradiciones ceremoniales del Periodo Formativo, la cual diseñó un sistema religioso que fue adoptado por diferentes grupos que se asentaron en los valles de la costa norte peruana. Con el surgimiento de esta cultura, además, se marcó una ruptura con la sociedad Gallinazo.
Las investigaciones hechas acerca de la cultura Mochica han revelado que este fue un grupo que se distribuyó en al menos 14 valles de la costa norte peruana; asimismo, que dicha ocupación no fue ni continua ni homogénea (Giersz, 2011).
De hecho, los diferentes investigadores que han abordado el tema y analizado la cerámica de esta sociedad prehispánica, han planteado la existencia de dos grandes territorios Moche; por un lado, está el norteño, que abarca la zona del alto Piura hasta el Valle de Jequetepeque; y, por otro lado, el sureño, el cual recorre los valles de Chicama y Huarmey.
Respecto al declive de la cultura Mochica, se presume que esta se inició con una serie de cambios ocurridos entre los años 600 y 650 de nuestra era. Una de las principales razones que suscitaron su desenlace fue el abandono de centros políticos en esta época y a esto, hay que sumar la expansión de la sociedad Wari.
Sin embargo, aún carecemos de detalles relacionados a las dinámicas sociales al interior de los grupos mochica. Posteriormente a la caída del orden político y social mochica nuevos grupos dirigenciales asumieron el control de los dos grandes territorios Mochica. Por el sur, estuvieron los Chimú; mientras que, por el norte, la cultura Lambayeque.
Para los investigadores, el desplazamiento de la cultura Mochica por nuevas sociedades se debió a factores distintos, según la zona afectada. Por ejemplo, en el caso de la zona sur, aunque hubo un aumento de la producción de huacos con el interés de representar a los líderes y acumular mayor poder, la crisis regional, así como las tensiones sociales se volcaron hacia la imagen de estos, lo que ocasionó que el sistema de creencias mochica se desacreditara. En cuanto al norte, si bien la elite sobrevivió gracias al ajuste de sus discursos religiosos, tuvo una lenta agonía.
A lo largo de los años, se han realizado diferentes excavaciones arqueológicas en los complejos arqueológicos atribuidos a la cultura Mochica. Dichas investigaciones, han permitido descubrir las tumbas de diferentes personajes de poder que formaron parte de esta cultura. En rango de antigüedad, podemos mencionar entre estos al Guerrero Sacerdote, el viejo Señor de Sipán, el Señor de Sipán y la Señora de Cao.
El hallazgo fue hecho en 1946, en Huaca La Cruz. En este se identificó a un sujeto masculino acompañado de un sacrificio humano, además de ofrendas, entre ellas una figura tallada identificada como “El Decapitador”.
El descubrimiento se dió en 1989, y la tumba fue hallada debajo de la Tumba 1 (perteneciente al Señor de Sipán). Según los investigadores, el personaje Moche habría muerto a la edad de 45 a 55 años. Como en el primer caso, aquí también se halló un sacrificio humano, así como el sacrificio de un camélido, además de ofrendas más ostentosas que las del primero.
Fue encontrado en la denominada Tumba 1, en una cámara funeraria que medía 5 x 5 metros. Los estudios muestran que el Señor de Sipán habría vivido entre los años 610 y 715 de nuestra era. A diferencia de los anteriores, la tumba del Señor de Sipán estaba acompañada de 8 sacrificios humanos, además de tres sacrificios animales. Además, destacaba por su imponente ajuar funerario, el cual estaba elaborado de metales y piedras semipreciosas.
Quince años después del descubrimiento anterior, los investigadores hallaron en Huaca Cao Viejo un nuevo conjunto funerario. Este fue un hallazgo importante para la arqueología peruana, debido a que reveló que las mujeres también habían tenido un puesto de poder en las antiguas culturas que se desarrollaron en el Perú.
El hallazgo, actualmente expuesto en el Museo de Sitio del Complejo Arqueológico El Brujo, arrojó información importante sobre este personaje; por ejemplo, que habría vivido entre los siglos V y VI de nuestra era y que habría fallecido entre los 25 y 30 años. Se sabe que la Señora de Cao fue un personaje de poder Moche a causa de la forma cómo se había dado el enterramiento (acompañada de un sacrificio humano), además de su ajuar funerario.
En cuanto a las actividades económicas Mochica, la agricultura fue una de ellas. Esto fue posible gracias a las experiencias heredadas de antiguas sociedades; por lo que, al surgir en la costa norte, ya tenían acceso a variedad de plantas y conocimientos agrícolas.
Sobre la actividad agrícola, esta era practicada tanto por hombres como mujeres, e incluso niños y niñas. Las investigaciones han revelado además que las familias dedicadas a actividades agrícolas no vivían en el área urbana sino en aldeas cercanas a las áreas de cultivo.
Por otro lado, en relación con la crianza de animales, se conoce que los Mochica criaban cuyes, llamas y alpacas; en cuanto a los que cazaban, entre estos se encontraban vizcachas, venados, lobos marinos, diversos tipos de aves, cañanes y peces.